Efecto del laboreo y de la fertilización nitrogenada sobre la volatilización de amoníaco en agroecosistemas mediterráneos de secano

  1. J. Ovejero 1
  2. J. Lampurlanés 1
  3. J. Álvaro-Fuentes 2
  4. D. Plaza-Bonilla 1
  5. C. Cantero-Martínez 1
  1. 1 Universitat de Lleida
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    Universitat de Lleida

    Lleida, España

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  2. 2 Consejo Superior de Investigaciones Científicas
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    Consejo Superior de Investigaciones Científicas

    Madrid, España

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Libro:
VII Congreso Ibérico de Agroingeniería y Ciencias Hortícolas: innovar y producir para el futuro. Libro de actas
  1. Ayuga Téllez, Francisco (coord.)
  2. Masaguer Rodríguez, Alberto (coord.)
  3. Mariscal Sancho, Ignacio (coord.)
  4. Villarroel Robinson, Morris (coord.)
  5. Ruiz-Altisent, Margarita (coord.)
  6. Riquelme Ballesteros, Fernando (coord.)
  7. Correa Hernando, Eva Cristina (coord.)

Editorial: Fundación General de la Universidad Politécnica de Madrid

ISBN: 84-695-9055-3 978-84-695-9055-3

Año de publicación: 2014

Páginas: 1591-1596

Congreso: Congreso Ibérico de Agroingeniería y Ciencias Hortícolas (7. 2013. Madrid)

Tipo: Aportación congreso

Resumen

El uso ineficiente de fertilizantes nitrogenados puede producir grandes pérdidas de nitrógeno (N) en el sistema suelo-planta. La volatilización de amoníaco (NH3) es una de las vías principales de pérdida de N de los sistemas agrícolas. La agricultura representa del 20 al 80% de las emisiones de N- NH3, con el estiércol y los fertilizantes nitrogenados como fuentes principales. El objetivo principal de este estudio fue evaluar los efectos del laboreo y de la fertilización nitrogenada sobre las pérdidas por volatilización de N- NH3 en un agroecosistema de secano mediterráneo durante las 96 horas posteriores a la aplicación. Para el estudio se estableció un experimento de campo en la localidad de Coscó (Lleida), una zona semiárida del valle del Ebro. Los tratamientos fueron no laboreo (NL), sin la incorporación de los fertilizantes, y mínimo laboreo (ML), en el que se realizó una incorporación justo después de la aplicación del fertilizante con un pase de vibrocultor a una profundidad de 5 a 10 cm. Los fertilizantes nitrogenados utilizados fueron cuatro, en forma de abono mineral, pellet de purín de cerdo, estiércol de gallina y purín de cerdo. Todos ellos fueron aplicados antes de la siembra en la misma cantidad (75 kg de N ha-1), a excepción de las parcelas testigo en las que no se aplicó ningún fertilizante. El amoníaco volatilizado fue capturado por una cámara estática semi-abierta construida con un recipiente de tereftalato de polietileno (PET) de 2 L. El interior de la cámara tenía libre circulación de aire y una banda de esponja de poliuretano de 2,5 cm de ancho por 25 cm de largo, suspendida verticalmente. El extremo inferior de la esponja se introdujo en un recipiente de plástico que contenía una solución de ácido bórico para mantener la esponja humedecida y así capturar el amoníaco emitido por el suelo. Las pérdidas de N- NH3 se midieron durante las 96 horas posteriores a la aplicación de fertilizantes. Se observaron diferencias significativas en las emisiones entre tratamientos de fertilización y tipos de laboreo. Las pérdidas acumuladas de N- NH3 en el tratamiento de purín en las primeras 24 horas fueron hasta 5 veces superiores al resto de tratamientos, con un valor de 7400 g NH3-N ha-1. En las primeras 48 horas después de la fertilización, el efecto de la incorporación del fertilizante fue de casi el doble respecto a cuando no se incorporó, siendo los valores de 2700 y 5200 g N- NH3 ha-1 respectivamente. Las mayores pérdidas por volatilización se observaron en el tratamiento de purín líquido con un total acumulado de 16500 g N- NH3 ha-1, siendo de casi el doble respecto al abonado mineral con 9500 g NNH3 ha-1 y del triple respecto al pellet de purín con 4500 g N- NH3 ha-1. Aunque tal y como se ha observado en este estudio, en estas condiciones hay pérdidas de amoníaco por volatilización que se producen en las horas posteriores a la fertilización y que pueden ocasionar un aprovechamiento ineficiente del N, la cantidad global máxima pérdida es de un 22% sobre el N aplicado en el purín líquido y menos del 12 % en los otros casos.