La síndrome de burn-out (desgast professional) entre els pediatres de Lleida

  1. Eduard Solé 1
  2. Montse Esquerda 2
  3. Sílvia Prado 3
  4. Josep Pifarré 4
  5. Anton R. Gomà 4
  1. 1 Hospital Arnau de Vilanova. Lleida
  2. 2 CAP Onofre Cerveró. Lleida
  3. 3 ABS Pardinyes-Balàfia. Lleid
  4. 4 Hospital de Santa Maria. Lleida
Revista:
Pediatria catalana: butlletí de la Societat Catalana de Pediatria

ISSN: 1135-8831

Año de publicación: 2000

Volumen: 60

Número: 1

Páginas: 12-19

Tipo: Artículo

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Resumen

Objetivo. Averiguar la prevalencia de este síndrome entre los pediatras de nuestro medio, y conocer qué variables son las más relevantes en nuestra muestra. Método. Se ha realizado un estudio prospectivo a 34 pediatras (asistencia primaria reformada, no reformada y hospitalaria) de la región sanitaria de Lleida. A todos ellos se ha pasado un cuestionario sociodemográfico, la versión española del inventario burn-out de Maslach y escalas para controlar el nivel de ansiedad y depresión. Resultados. Se han recibido 34 encuestas de las 45 enviadas (75%), 13 mujeres y 21 hombres, con una edad media de 42.1 años (SD±9.2). De las encuestas contestadas 9 (26%) presentaban puntuaciones en la escala de Maslach sugestivas de síndrome de burn-out. Los pediatras «quemados» no diferían del resto en relación a la edad ni al sexo. El grupo que presentaba mayor desgaste profesional se daba principalmente entre médicos de áreas básicas de salud (ABS) reformadas versus no reformados y hospitalarios (p<0.01; KrusKal-Wallis), especialmente en la variable de cansancio emocional. Los médicos más «quemados» presentaban una mayor sintomatología depresiva subjetiva, sintiéndose más decepcionados por su trabajo y consideraban que no tenían posibilidades de promoción profesional. Conclusiones. Se ha encontrado una prevalencia de desgaste profesional entre pediatras de un 26%. El cansancio emocional parece superior entre los pediatras de ABS reformadas, quizás por el mayor número de horas de trabajo semanales (respecto a los pediatras de centros de atención primaria (CAP) no reformados), y a un menor grado de ajuste entre formación recibida y ocupación real (respecto a los hospitalarios). Harían falta otros estudios para estudiar estas posibles hipótesis.